domingo, 11 de mayo de 2014

Hablando de la Mezquita de Córdoba

Texto: Carlos Herrera
Fuente: http://www.finanzas.com/xl-semanal/firmas/carlos-herrera/20140511/vamos-expropiar-mezquitas-7186.html

Ignoro quién es el propietario de la Catedral de Sevilla. O quién posee la Basílica del Pilar. O quién es el dueño del Obradoiro. Supongo que la Junta de Andalucía, el Gobierno de Aragón y la Xunta gallega. De no ser así, no acabo de comprender el empecinamiento de la izquierda andaluza por expropiar la Mezquita Catedral de Córdoba, en manos de la Iglesia católica desde hace algo más de setecientos años. Y ¿para qué la quiere?, ¿para que esté abierta y al alcance de cualquiera que quiera visitarla?: si ya lo está, magníficamente conservada, abierta en horarios de culto y de visita turística... ¿Entonces? Déjenme que piense. De no ser que la Junta gobernada por el PSOE e IU quiera dar satisfacción a las tradicionales diarreas anticlericales de varios colectivos y obligar a poner al servicio del rezo islámico toda una catedral católica, no se me ocurre otra pretensión, especialmente si lo primero que aducen las autoridades es que, a pesar del cambio de titularidad, la Iglesia seguiría gestionando tal impresionante monumento. Esa malicia me viene a la cabeza comprobando quién respalda la campaña nacional e internacional que un par de individuos han desatado por medio mundo: Junta Islámica e Instituto Halal, además de una buena serie de tontos útiles de la izquierda mundial. En viendo quiénes son y quiénes subvencionan...

Córdoba y su Mezquita es enormemente peculiar. Tras muchos años de gobierno comunista se ha extendido la costumbre de crear cientos de plataformas y movimientos con los más variados fines, aunque casi todos manejados por la izquierda local, ora tolerante, ora montaraz. La Plataforma para la Expropiación de la Mezquita no es más que otra de las muchas creadas en los últimos años la mayoría, absurdas, con la diferencia en este caso del éxito que siempre obtiene cualquier actividad anticlerical. ¡Quitarles la Mezquita a los curas! ¡Qué pelotazo! Poco importa que les argumentes que no hay una sola razón ni histórica ni artística para que la Mezquita Catedral no sea de la Iglesia. Y, lógicamente y por extensión, de todos los católicos y de quienes quieran visitarla (a los cuales no se les pregunta lo que creen ni lo que dejan de creer). Te aseguran que la titularidad pública garantiza su pertenencia a la comunidad y poco más y que la misma permite controlar la gestión y conservación del templo.

Pero en ello no puede haber duda alguna porque el monumento está como una patena y el Obispado ha invertido en su conservación veinte millones de euros en los últimos veinte años (la Junta, tres, y el Ayuntamiento, nada). Tú puedes expropiar algo deteriorado, en ruina (pagando por ello, por supuesto), pero no por un simple capricho político social, firmen cuantos firmen la proclama. El Estado de derecho garantiza mediante la acción de los tribunales que ninguna política de banderías te quite lo que es tuyo; es decir, que no venga aquí el mangante del Sánchez Gordillo o del Cañamero de turno a quedarse con lo tuyo 'en nombre del pueblo'. El ordenamiento jurídico felizmente lo impide, y saben perfectamente los jefezuelos de la Junta que el caso lo tienen perdido. Otra cosa es que se quieran dar por enterados.

De la misma manera que sería irracional (como dijo acertadamente Susana Díaz) suprimir el nombre de 'Mezquita' (cosa que no sé si ha llegado a proponer alguien), también lo es dejarse llevar por las reacciones viscerales y anticlericales de unos cuantos illuminatis. En 1236 se consagró la Catedral sin que ello perjudicara la bellísima arquitectura musulmana. Desde entonces, la posesión pública y pacífica ha correspondido a la Iglesia, la cual hizo posible la conservación del monumento que le ha valido la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Que no peligra, por cierto, como ya se ha encargado de aclarar el organismo internacional.

Por lo tanto, que la Junta se deje de seguidismos estúpidos y se dedique a gestionar de forma más satisfactoria los museos y monumentos que tiene a su cargo. Y que piense en el ridículo que supondría ponerse ahora a expropiar los célebres Patios cordobeses. Titularidad pública y gestión privada, claro.Valiente partida de mamarrachos. Como si esto fuera una nueva Desamortización reclamada en masa por 'el pueblo'.




domingo, 30 de marzo de 2014

Para excluidos

IV Domingo de Cuaresma. 30/03/2014

Texto evangélico: San Juan, 9, 1-41



Homilía: José Antonio Pagola
Fuente: eclesalia.net

Para excluidos

Es ciego de nacimiento. Ni él ni sus padres tienen culpa alguna, pero su destino quedará marcado para siempre. La gente lo mira como un pecador castigado por Dios. Los discípulos de Jesús le preguntan si el pecado es del ciego o de sus padres.
Jesús lo mira de manera diferente. Desde que lo ha visto, solo piensa en rescatarlo de aquella vida desgraciada de mendigo, despreciado por todos como pecador. Él se siente llamado por Dios a defender, acoger y curar precisamente a los que viven excluidos y humillados.
Después de una curación trabajosa en la que también él ha tenido que colaborar con Jesús, el ciego descubre por vez primera la luz. El encuentro con Jesús ha cambiado su vida. Por fin podrá disfrutar de una vida digna, sin temor a avergonzarse ante nadie.
Se equivoca. Los dirigentes religiosos se sienten obligados a controlar la pureza de la religión. Ellos saben quién no es pecador y quién está en pecado. Ellos decidirán si puede ser aceptado en la comunidad religiosa.
El mendigo curado confiesa abiertamente que ha sido Jesús quien se le ha acercado y lo ha curado, pero los fariseos lo rechazan irritados:“Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador”. El hombre insiste en defender a Jesús: es un profeta, viene de Dios. Los fariseos no lo pueden aguantar: “Empecatado naciste de pies a cabeza y, ¿tú nos vas a dar lecciones a nosotros?”.
El evangelista dice que, “cuando Jesús oyó que lo habían expulsado, fue a encontrarse con él”. El diálogo es breve. Cuando Jesús le pregunta si cree en el Mesías, el expulsado dice: “Y, ¿quién es, Señor, para que crea en él?”. Jesús le responde conmovido: No esta lejos de ti. “Lo estás viendo; el que te está hablando, ese es”. El mendigo le dice: “Creo, Señor”.
Así es Jesús. Él viene siempre al encuentro de aquellos que no son acogidos oficialmente por la religión. No abandona a quienes lo buscan y lo aman aunque sean excluidos de las comunidades e instituciones religiosas. Los que no tienen sitio en nuestras iglesias tienen un lugar privilegiado en su corazón.
¿Quien llevará hoy este mensaje de Jesús hasta esos colectivos que, en cualquier momento, escuchan condenas públicas injustas de dirigentes religiosos ciegos; que se acercan a las celebraciones cristianas con temor a ser reconocidos; que no pueden comulgar con paz en nuestras eucaristías; que se ven obligados a vivir su fe en Jesús en el silencio de su corazón, casi de manera secreta y clandestina? Amigos y amigas desconocidos, no lo olvidéis: cuando los cristianos os rechazamos, Jesús os está acogiendo.

sábado, 8 de marzo de 2014

El Papa Francisco y la Cuaresma

Palabras del Papa Francisco en la Audiencia General del pasado 5 de Marzo (Miércoles de Ceniza):

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
 
Comienza hoy, el miércoles de Ceniza, el itinerario de cuarenta días que conducirá al Triduo Pascual, memoria de la pasión, muerte y resurrección del Señor, corazón, centro,  del misterio de nuestra salvación. La Cuaresma nos prepara a este momento importante, por esto la Cuaresma es un tiempo “fuerte”, un punto de inflexión que puede favorecer en cada uno de nosotros el cambio, la conversión, todos nosotros debemos mejorar, cambiar a mejor a bien, la Cuaresma nos ayuda así salimos de los hábitos cansinos y de la perezosa costumbre al mal que nos engaña. En el tiempo cuaresmal la Iglesia nos dirige dos invitaciones importantes: ser más conscientes de la obra redentora de Cristo; vivir con más compromiso el propio Bautismo. 
La conciencia de las maravillas que el Señor ha obrado por nuestra salvación dispone nuestra mente y nuestro corazón a una actitud de gratitud hacia Dios, por lo que Él nos ha dado, por todo lo que hace a favor de su Pueblo y de toda la humanidad. De aquí parte nuestra conversión: esta es la respuesta reconocida al misterio estupendo del amor de Dios. Cuando nosotros vemos este amor que Dios nos tiene sentimos la necesidad de acercarnos a Él y esta es la conversión.

Vivir hasta el final el Bautismo, la segunda invitación, significa no acostumbrarnos a las situaciones de degradación y de miseria que nos encontramos caminando por las calles de nuestras ciudades y de nuestros pueblos. Existe el riesgo de aceptar pasivamente ciertos comportamientos y de no acostumbrarnos frente a las tristes realidades que nos rodean. Nos acostumbramos a la violencia, como si fuese una noticia cotidiana que se da por descontado; nos acostumbramos a los hermanos y hermanas que duermen en las calles, que no tienen un techo donde refugiarse. Nos acostumbramos a  los prófugos en busca de libertad y de dignidad que nos son acogidos como se debería. Nos acostumbramos a vivir en una sociedad que pretende disminuir a Dios, en la cual los padres ya no enseñan a sus hijos a rezar ni a hacer el signo de la cruz. Os pregunto: vuestros hijos, vuestros niños ¿saben hacer el signo de la cruz? Pensad: ¿vuestros nietos saben santiguarse? ¿les habéis enseñado a hacerlo? Pensadlo y contestad en vuestro corazón ¿saben rezar el padrenuestro? ¿saben rezar a la Virgen con el avemaría? Pensadlo y respondeos a vosotros mismos. Este acostumbrarnos a comportamientos no cristianos y cómodos nos narcotizan el corazón.
La Cuaresma llega a nosotros como un tiempo providencial para cambiar ruta, para recuperar la capacidad de reaccionar frente a la realidad del mal que siempre nos desafía. La Cuaresma se vive como un tiempo de conversión, de renovación personal y comunitario mediante el acercamiento a Dios y la adhesión confiada al Evangelio. De esta forma nos permite mirar con ojos nuevos a los hermanos y a sus necesidades. Por esto la Cuaresma es un momento favorable para convertirse al amor a Dios y al prójimo; un amor que sepa hacer propio la actitud de gratuidad y de misericordia del Señor, que “se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (cfr 2 Cor 8,9). Meditando los misterios centrales de la fe, la pasión, la cruz y la resurrección de Cristo, nos damos cuenta de que el don sin medida de la Redención se nos ha dado por la iniciativa gratuita de Dios. 
Acción de gracias a Dios por el misterio de su amor crucificado: fe auténtica, conversión y apertura del corazón a los hermanos: estos son los elementos esenciales para vivir en el tiempo de la Cuaresma. En este camino, queremos invocar con particular confianza la protección y la ayuda de la Virgen María: que sea Ella, la primera que creyó en Cristo, la que nos acompañe en los días de oración intensa y penitencia, para llegar a celebrar purificados y renovados en el espíritu, el gran misterio de la Pascua de su Hijo.

domingo, 26 de enero de 2014

De fuego y brasas


Un párroco se enteró un día de que uno de sus feligreses había decidido no asistir más a la iglesia. La razón de este rebelde era que podía comunicarse con Dios en la naturaleza como si estuviera en la iglesia.
Una noche el párroco decidió hacerle una visita.
Sentados junto al fuego, los dos hombres hablaron de mil asuntos pero no hablaron de la asistencia a misa.
Al cabo de un rato el párroco cogió las tenazas y sacó una sola brasa del fuego. Y colocó la brillante brasa sobre el suelo.
Los dos veían la brasa apagarse poco a poco y convertirse en cenizas, mientras las otras ardían y brillaban y sus llamas bailaban alegres.
El párroco permanecía en silencio.
Al cabo de un rato, el feligrés dijo: el próximo domingo estaré en la iglesia.


(de Antena Misionera)

domingo, 5 de enero de 2014

Noche de Reyes

Mis recuerdos, ya lejanos, me trasladan a una noche de enorme ilusión, de respiración contenida, de susurros lejanos, de sonidos de pisadas, de rechinar de puertas, de .......
Antes del alba los niños teníamos los ojos abiertos. "¿Mamá, ya llegaron los Reyes?". La respuesta era autoritaria: "¡Seguid durmiendo!". Pero cuando el primer haz de leve luz se hacía presente a través de la ventana, sabíamos que había llegado la hora. Nuestros padres eran obligados a levantarse para iniciar una ritual marcha por el pasillo hacia el salón, cargada de emoción y nerviosismo. Padre, muy lentamente, giraba la manilla de la puerta y abriendo una pequeña rendija miraba hacia el interior. Los niños teníamos el corazón a mil. Cerraba la puerta con rapidez y nos miraba con gesto admirado......¡¡¡Siiii!!!..... Y la explosión de alegría es fácil de imaginar........

Curiosamente cada año aparecen pretendidos historiadores confundiendo la inocencia infantil con sus hipótesis. Que si no eran tres, que si no eran reyes, que si no venían de Oriente, que si no se llamaban......
Y aunque es cierto que la información de los textos sagrados es vaga y poco concluyente, la tradición cifra en tres los reyes porque tres fueron los regalos ofrecidos a Jesús: oro incienso y mirra (San Mateo 2,11). Asimismo el salmo 71 habla de los reyes de Tarsis, Arabia y Saba... ¡tres!.
Pero más allá de historias y tradiciones, el otro día preguntaba a un pequeño de seis años, ¿Sabes quienes eran los Reyes Magos?. La respuesta fue concluyente: "¡Pues claro!, Melchor, Gaspar y Baltasar". Y no admitió réplicas. ¿Cabe prueba más concluyente?....¡vaya pregunta más tonta!

¡FELIZ NOCHE DE REYES!