sábado, 13 de abril de 2013

Zapatos usados





Me cuentan que hubo un obispo en Tanzania llamado Christopher Mwoleka (1927-2002), a quien se podía ver a la caída de la tarde regresar del trabajo, junto al resto de campesinos con la azada al hombro y los pies descalzos. Y es que cuando fue nombrado obispo de Rulenge decidió repartir su tiempo de modo que dedicaba quince días al mes a actividades pastorales y los otros quince, en su modesta vivienda de Nyabihanga, campesino entre campesinos, para acercarse al Cristo del Evangelio.

Guiado por su lema “Ili wawe na san” que en swahili significa “Que todos sean uno” (Jn. 17,21), promovió las pequeñas comunidades cristianas, muchas de las cuales ponían en común todos sus recursos materiales y espirituales, a ejemplo de los primeros cristianos. Mwoleka, que renunció a su ministerio en 1996 por problemas de salud, falleció en 2002, pero dejó una imborrable huella entre sus gentes.

Y me vino a la cabeza el obispo Mwoleka, al saber que el Papa Francisco, calzado con sus viejos zapatos usados de patearse Buenos Aires, recomienda "salir de nosotros mismos para ir a la periferia al encuentro de los más alejados, de los olvidados, de quienes necesitan comprensión, consuelo y ayuda". Ese es el buen camino. Pongámonos nuestros zapatos usados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario