martes, 14 de agosto de 2012

El descanso de la libertad

Como continuación al artículo anterior, examinamos hoy el concepto que del descanso se deriva del Libro del Deuteronomio.

Dice así: "Observa el día sábado, y conságraselo al Señor tu Dios, tal como él te lo ha ordenado. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero observa el séptimo día como día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu burro, ni ninguno de tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. De ese modo podrán descansar tu esclavo y tu esclava, lo mismo que tú. Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con gran despliegue de fuerza y de poder. Por eso el Señor tu Dios te manda observar el día sábado" (Dt. 5,12-15).

Así pues, el libro del Deuteronomio no se refiere a la creación para explicar el significado del sábado, sino que alude al acontecimiento de salvación que Israel ha experimentado en su liberación. En Egipto, Israel tuvo que trabajar como un esclavo hasta el día en que Dios lo rescató. De este modo, el descanso es recuerdo de la libertad que Dios proporciona a su pueblo, no solo en Egipto, sino también frente a toda esclavitud que el hombre pueda sufrir, comenzando por una concepción, voluntaria o impuesta, del trabajo como sentido último de la vida que al final se convierte en verdadera explotación. (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 257.-258)

domingo, 12 de agosto de 2012

El descanso del trabajo bien hecho

La llegada del verano suele coincidir con las vacaciones. Es por tanto un tiempo de descanso,para recuperarnos de esos cansancios que por exceso de trabajo y por rutina terminan por afectarnos.

Pero, ¿cual es el criterio del descanso desde la óptica religiosa?. Numerosas son las referencias bíblicas al descanso, que se presenta como un don de Dios, aquel que "no duerme ni reposa" por cuidar a su pueblo (Sal. 121,4)

Pero si partimos de la importancia del descanso sabático judio, habremos de reflexionar sobre las dos exposiciones del Decálogo: el Libro del Éxodo y el Deuteronomio. Trataremos hoy la versión del Libro del Éxodo.

El Libro del Éxodo alude al reposo sabático tomando como referencia la obra de la creación:"Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el Señor bendijo y consagró el día de reposo" (Ex.20,8-11).

Por tanto el hombre debe descansar a imagen del Dios creador. Esto situa la actividad del hombre en relación con el obrar de Dios. De este modo también el trabajo, más allá de ser una necesidad para sobrevivir, más allá de su carácter en ocasiones duro y despersonalizador, es visto en el proyecto primero de Dios, no como un castigo sino como participación y continuación de su acción creadora en el mundo (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 255-256)